martes, 7 de abril de 2009

ELLA

Extranjero, me preguntas algo que aún a mi, el Caminante, me resulta difícil contestar, ¿o acaso tu puedes describir el color azul?.

No, no me hables del Color del Cielo, de los Lagos o de los ojos de una Doncella, descríbelo sin comparaciones… ¿te das cuenta?, ¿es acaso posible?

Entonces me disculparás si yo también uso ese camino para explicarte.

Imagina una Noche, sin Luna, en lo profundo del más denso de los Bosques, aquel donde las hadas y duendes juegan de día, acércate a la más grande de las Cuevas y mira su entrada. Solo si no hay estrellas, y miras más allá de ese umbral, entonces percibirás el Color de su cabello.

Ahora, esa misma noche, ve hacia los Acantilados en el Oeste, asómate al más alto y contempla el Mar, calmo, sin olas, en una Noche que parece mágica. Adivina los Dragones en vuelos imposibles y las Sirenas cantando notas irrepetibles. Asomado, mirando el Abismo, sin ver el mar, ese es el Color y la Profundidad de sus Ojos.

Descansa Extranjero, el Viaje ha sido extenuante y la experiencia te ha dejado sin aliento, sin embargo no es todo.

Despiertas con el Sol alto, ha comenzado a soplar el Viento, las olas tienen crestas blancas y, al estrellarse sobre las rocas, la Espuma tiene el Color que envidian los atuendos de las Princesas Virginales. No podrás mirarla sin deslumbrarte, y desearás su Frescura ante cualquier otra cosa. Ahora has descubierto su Sonrisa.

Volvamos Extranjero, cuando te acercas al Pueblo, cruzas Trigales que se pierden en el Horizonte, dorados como el más grande de los Tesoros, el Viento los acaricia y mece, casi como las olas del Mar bajo una suave Brisa.

Si contemplas ese trigal justo antes de la Cosecha, ¿entiendes el Color de su Piel?

Ahora, Extranjero, invoca a los Sabios y pregúntale a cada uno por la Armonía, a los Ancianos e interrógales sobre su Recuerdo más dulce, pídele a cada Pintor su Idea de la Perfecta Imagen.

Y, si es que alguna vez logras comprender e integrar todo este Saber, úsalo como Lienzo, dibuja con los colores que te describí antes, pide la ayuda de Brujos y Hechiceras, y entonces, tendrás una vaga idea del Rostro de Ella.

¿Entiendes por qué me llaman el Caminante? Camino solo en la Multitud, buscando Mundos Perdidos y Olvidados, los mundos que Ella conoce y frecuenta, Tierras mágicas donde viajar con Dragones, dormir protegido por Hadas, jugar con Duendes y Unicornios, dibujar Arco Iris con los Magos, recorrer la Noche con Brujas y nadar entre Sirenas. Y lo hago conciente de que, en ese Lugar, La volveré a encontrar, como esa Noche Mágica, perdido en la Multitud, cuando, por un segundo se cruzaron nuestras miradas. Y entonces comprendí que estábamos unidos desde otros Tiempos y otros Lugares, desde otras Vidas, y por toda la Eternidad.

Ahora debo irme Extranjero, el Camino me espera y me reclama, como la más voraz de las Amantes, y no quiero perder mas tiempo en mi Búsqueda, después de todo… Ella me está esperando.

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