martes, 7 de abril de 2009

MISTERIOSA

Los sabios fueron llegando, uno a uno.
De distintas comarcas, a pie y en cabalgaduras variadas, caballos, camellos, dragones y otras cuyo nombre se ha perdido en el correr de la historia.
El salón que los recibió parecía el lugar donde se definiría el futuro, los cortinados espesos mantenían afuera la luz, y evitaban que oídos indiscretos escucharan las discusiones.
Los ayudantes de los sabios fueron asignados, ciegos, sordos y mudos, nadie esperaba ni quería que ellos pudieran adelantar algo de lo que allí se iba a tratar.
Largos días de espera, la luna cambió su rostro mas de una vez y el sol vio su brillo opacado para aparecer triunfante otras tantas.
Al fin el vocero leyó la proclama, en un silencio tan profundo y respetuoso como el que acompañó a aquel héroe que los juglares describían en sus infinitos recorridos, en su viaje final.
“Esta es la verdad, y quien falte a ella será olvidado para siempre” fue la obertura de esta obra que comenzaba a desarrollarse.
“Corren muchas historias y versiones sobre la Dama a quien llamáis Misteriosa, cuentan algunos que bajó de los Montes del Oeste, y a ello replican indignados que salió del mar, los moradores del Este”.
“Como esta, miles de controversias que más de una vez se han dirimido con sangre en las manos del vencedor”.
“Por eso los sabios han emitido su opinión. Y es definitiva, porque, no ha costado poco lograrla. Uno de los sabios estuvo apunto de abandonar la reunión, y volvió al poco tiempo de irse, temeroso de no quedar en la historia”.
“Otro pagó con la vida su encendido discurso, y he aquí la conclusión”.

“El cielo decidió que la noche no era el lugar que merecía, y se derramó en su cabello, por eso era oscuro, con destellos de luz, salvaje, hechizante y parecía hecho para cuando se ocultaba el sol, se derramaba sobre su frente como una cascada iridiscente que solo podía detener su mirada”.
“Mirada del color de los sueños que no se olvidan, de la distancia que jamás recorreremos, de las promesas incumplidas y las nostalgias de momentos no vividos. Sus ojos eran de un color para el cual no hay palabras, quizás por eso, aún hoy, no hay certeza si alguien pudo, alguna vez, cautivar su mirada, ojos enmarcados por cejas delineadas por el mas exquisito de los artistas, ojos que nunca jamás olvidarían aquellos que los contemplaron”.
“Su boca remitía a los frutos más dulces y más prohibidos, aquellos cuya sola mención garantizaba la condena eterna, a pesar de ello, no hubo caballero que no ansiara su caricia. Baste decir que cuando se entreabrían, los arroyos callaban para escuchar, su risa, y las hadas, envidiaban aquella sonrisa, capaz de encantar dragones y condenar héroes míticos al ostracismo. De ese instrumento perfecto, surgía una melodía que aún hoy, no podemos olvidar, y que, quizás, jamás podremos imitar”.
“El resto de sus rasgos eran el complemento armónico, no perfecto quizás, pero cada pequeño detalle resaltaba la elegancia del resto”.
“¿Cómo seguir con su cuello, y sus hombros?, curvas casi perfectas, pedestal soberbio para tan magnífico rostro”.
El resto también fue discutido, y acordado que no sería revelado, los mortales no merecían la certeza de tal conocimiento.
El murmullo que recorrió la multitud era muestra de satisfacción y, de ansiedad por saber más, por dudas no respondidas y por apuestas ganadas y perdidas. Alguien, en algún lugar de ese mar, alzó su voz y fue una y miles al mismo tiempo y su pregunta resonó
“Dinos su nombre!” pidió “que deje de ser Misteriosa!” gritó otro. El silencio subrayó el pedido, y el vocero respondió.
“Escuchad el viento entre las agujas de los pinos, tras haber salido del mar y recorrido los desiertos, tras haber pasado sobre frescas lagunas y lo sabréis”, afirmó.
El silencio fue total, el viento empezaba a soplar, y su sonido susurraba el nombre de Misteriosa que por última vez sería llamada así…..y el viento decía:
“………….SSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIILLLLLLLLLLLLL……….”

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