martes, 19 de mayo de 2009

NO RECUERDO MI AYER

El Caminante llegó puntual, era su costumbre, valoraba su tiempo demasiado como para hacerlo de otra manera. Algunos, lo apreciaban, otros no le daban importancia, para él era una de las formas mas sutiles y valiosas de demostrar su aprecio por los demás.
El pomo de la puerta en su mano era a la vez firme y suave, quizás un preludio de la presencia del otro lado.La pesada puerta se abrió, sin ruido, perfectamente balanceada y un aroma de años lo envolvió, pasto recién cortado, las tostadas de la mañana, su plato preferido preparado por su madre, el aroma de las mujeres que había amado al darles el primer beso. El impacto lo dejó sin aliento, le costó dominar sus emociones, Su esfuerzo valió la pena, un brillo en sus ojos fue el único indicador de las emociones controladas. Sus piernas volvieron a responderle y avanzó, hacia ese lugar que, ya antes de entrar, le había alterado de tal manera.
Cruzar el umbral fue atravesar el tiempo y el espacio, lugares, momentos emociones, cada uno queriendo ocupar el primer lugar, un tropel de caballos salvajes a cual más veloz.
Sólo su autodominio le permitió continuar sin mostrar el torbellino que era su mente, no contaba con que
lo más fuerte aún no había pasado.
Concentrándose en si mismo, no la vio hasta casi haber llegado a su lado, la visión fue un nuevo golpe a su conciencia.
Parada, erguida, su silueta recortándose contra la Luz del atardecer, la Guardiana, esperaba.
Cabellos rojos que terminaban donde empezaba el crepúsculo, ropa elegante, destacaba su cuerpo sin ser atrevida, sugerente sin ser provocativa, pantalones que destacaban sus piernas, y botas que daban al conjunto un toque de intemporalidad. ¿Cómo describir a alguien que, preparada para la batalla, daría envidia a damas ataviadas para la mas lujosa de las fiestas?
Su rostro apenas se insinuaba contra la Luz, el Caminante no lo recordaría por mucho tiempo, solo quedaría grabada en su memoria la impresión de algo que siempre buscaría en otras para no encontrar en ninguna.
El saludo del Caminante demostró el respeto que sentía por ella, un suave roce de los labios sobre el dorso de la mano tendida de la Guardiana, y otra vez el fuego de los recuerdos y la añoranza del pasado, arremetiendo contra su conciencia.
Antes de poder él articular palabra Ella habló, y su voz fue la caricia esperada, el agua que calmaba su sed, la brisa fresca un cálido día del estío.

- Caminante, no gastes tus fuerzas, sé lo que significa estar aquí, son pocos los que han podido entrar. De todos ellos sólo tú, y no sabía si lo ibas a lograr, has sido capaz de alcanzarme.
- Como sabes soy la Guardiana.
- Un día muchos años atrás, los Dioses me eligieron, nunca supe porqué.
- Cansados de la estupidez de los hombres me hicieron la depositaria de todos sus recuerdos, por eso, cada vez que una guerra está por comenzar, que un conflicto parece inevitable, que los Dragones comienzan su vuelo para alejarse de nosotros, yo, hago a los humanos recordar.
- Recuerdan el ardor de las heridas, el aroma de la pólvora, el dolor de la pérdida del ser amado, la ignorancia que siguió a la partida de los Dragones y recapacitan.
- Soy la voz que susurra en sus oídos cuando están al borde del abismo, y les hace retroceder, la lluvia que extingue la braza en el bosque, antes que se vuelva voraz incendio, el destello que ciega al atacante y le impide dar el golpe mortal.
- Soy todos y ninguno. Alguna vez hasta tú me necesitaste, luego de ese momento meneaste tu cabeza como negando la realidad de lo que te había ocurrido.

La mirada del Caminante, aún perturbada por las emociones, mostró que ella decía la Verdad, y siguió escuchando…

- La carga es pesada, pero no reniego de ella, sería una herejía que no me atrevo, ni deseo cometer.
- Pero, Caminante, querrás saber porque te he llamado
- De todos los recuerdo de todos los hombres, atesoro los tuyos, en ellos encuentro regocijo y consuelo
- Eres el único que ha visto cosas con las cual muchos ni soñarían en sus rutinarias existencia, y que llevarían mas de una vida para contar.
- Has visitado Bosques olvidados, has visto Criaturas que muchos llaman imaginarias, y has encontrado la Magia donde todos encontrarían solo Desesperación.
- Caminante, yo, que recuerdo todo de todos, te necesito
- Como los Dioses me eligieron a ti te elijo
- Sigue tus Viajes, encuentra todo lo que perdí cuando dejé mi Vida para volverme esta Misión.
- Cruza a mis hijos, y pídeles que te cuenten de cuando vivíamos juntos, de sus juegos y mis risas, de mi amor y sus sonrisas, de mis llantos y sus manos acariciando mis cabellos. De tortas humeantes en tardes de domingo y de noches en vela, cuidando de sus enfermedades
- Corre por el campo con mi perro, siéntelo jadear y arrojarse sobre tí en la hierba, Juega con el y disfruta su carácter dulce, escondido detrás de su feroz aspecto
- Habla con los hombres que he amado, y que me han amado, que te cuenten de nuestras noches de amor, de nuestros días otoñales corriendo entre hojas amarillas, de infinitas playas y largos caminos recorridos juntos, la distancia acortada por conversaciones y risas, de secretos compartidos y caricias ocultas, de sueños sin concretar pero no por eso menos maravillosos.
- Busca y descubre lo que yo era y recuérdalo para mí.
- Reconstruye, pieza por pieza, el rompecabezas de lo que una vez fue mi vida.
- Es la única forma que podré, así, encontrar a la mujer que fui.

No hacía falta decir nada más. El silencio cayó como un telón que marcaba el final del encuentro. El Caminante asintió. Una suave inclinación de cabeza en señal de respeto y comenzó a alejarse de la Guardiana, rumbo a la puerta y a la tranquilidad que su espíritu necesitaba.
No había terminado de dar el primer paso cuando escuchó, a modo de saludo, las frases finales de la Guardiana.

- Porque yo, Caminante, que todo lo recuerdo de todos…

- No recuerdo mi ayer…

lunes, 11 de mayo de 2009

BÚSQUEDA

La búsqueda es el camino
cuando llegamos y miramos atras vemos que el destino es solo un punto
el camino es lo que da sentido y lo que nos cambia


Plomo como color o como idea?
ambos resultan opresivos
el desafío es superar esa opresión
con las alas de la mente y del espíritu

En el camino hay momentos de vuelo juntos y momentos de vuelo solitario
la sabiduría reside en disfrutar ambos
Un dragón no llora por lo perdido, se regocija de lo vivido.

VUELOS 2

La plancha de plomo pesa sobre las almas
Los Dragones no se rinden
intercambian Miradas, esbozan sonrisas, los abedules son cómplices de la conspiración
en sus Corazones, las torcazas lanzan su arrullo, mas fuerte que nunca
es dificil decir cual es el Primero, las Alas se abren, los Pechos se inflan
y Vuelan, como si fuera la última vez,
se elevan disputandose el honor de guiar y la alegría de seguir
atraviesan la plancha de plomo, como lo que es, una ilusión
el sol los recibe, tierno y cálido abrazo que es a la vez premio y promesa
la realidad no existe, es una vieja escoba que ya no barre, ellos son el Universo, ¿como no van a serlo?¿o acaso no son Dragones?

Una vez me dijeron que me motivaban los desafíos, pero, ¿que es un desafio?a veces una situacion, a veces un tiempo, unas veces palabras, otras personas.Esto es para quien me plantea desafios que van mas allá de toda definición.

VUELOS

Levantan el vuelo
Se alternan para guiar
Son dos y son uno

Vuelos distintos y al mismo tiempo sincronizados
La altura es el lecho infinito de dos amantes fantásticos.
La sinfonía de las estrellas hace una pausa para contemplarlos
Llegan ambos a la cima de su vuelo
El descenso a la tierra es solo una excusa para un nuevo elevarse.
Esta vez, las gaitas no están solas,
entre los ladrillos grises, los violines comienzan a escucharse

LA PUERTA DEL SUR

Un Bar, dos cafés, dos Miradas
Mil historias y una Historia.

Ella con sus Manos dibujando en el aire Sus lugares y Sus tiempos,
El la escuchaba saboreando el misterio de otros Tiempos y Otros lugares.
Ciudades, Selvas, Mares, Rios, geografía Mágica
Capaz de crear un Mundo en una pequeña Mesa.

El Tiempo vuela,las Pirámides se desvanecen, los Barcos se pierden en la Bruma
la Realidad barre los últimos sueños
parten juntos, dejando atras mil Interrogantesy mil Promesas.

El retorno es como el Despertar de los Amantes
Ambos saben que tienen que partir, pero Ninguno lo desea.

La Mirada de Ella queda en El
una Invitación no aceptada es el Último Misterio
pero no es un Final
es sólo el Comienzo

IMÁGENES

Imágenes, palabras, sueños
la belleza de lo efímero y por eso quizás mas belleza
¿Donde termina la realidad, donde empieza mi mundo?
Muchas respuestas en busca de preguntas

Leo novelas, relatos, cuentos
Busco en la fantasía un sentido para la realidad
Leo pensamientos, expresados en palabras que evocan imágenes
Alguien sueña sueños que no soñé pero que hago mios

Duendes, niñas, almas, mares
mas reales que los dias y las noches
mas etéreos que la mujer amada que nunca tuve en mis brazos
me reconozco en todos y en ninguno

La realidad de los otros me golpea
una fria ola me sacude en mi tibio refugio
me niego a volver a ser quien soy, y aun así lo hago
Tiempo de Morir

sábado, 9 de mayo de 2009

DESTELLO (Antes Nunca Antes 2)

Un Rayo de Luz cruzando la Oscuridad
Una Gota de Rocío cayendo en lo que dura su efímera Vida

Un momento en la Eternidad, un Punto en el Espacio
Se cruzan, nace un Arco Iris, la belleza se despliega
Efímera, quizas sin espectadores, por eso mas fulgurante
Son Dos y son Uno en el Arco Iris
El Fin es inminente, la Gota y el Rayo deben seguir su Camino
Nunca un Arco Iris brillo tan intensamente.

La Luz está dentro tuyo
Que encuentres quien la vea y valore.
Nunca los viajes en barco entre la niebla son placenteros, pero esconden los caminos a los mayores tesoros.

"A su manera, el Caminante, entendió que la Guerrera no podría compartir su vida.Dejó un poema breve en su almohada, un beso, casi una caricia en su frente, contempló la paz del sueño después del amor en su rostro... y partió.
Solo el tiempo sabía cuando, donde y como (si alguna vez) se volverían a cruzar"

domingo, 26 de abril de 2009

ANTES NUNCA ANTES

El Caminante reposó su cabeza sobre la almohada, una sonrisa se insinuó en su rostro, por primera vez en mucho tiempo. Sus ojos recorrieron la silueta tendida a su lado, esa mirada representaba más que mil elogios.
La edad del Caminante, mas de la que quisiera recordar, la de ella, indefinida, sus manos hablaban de luchas y labores arduas, del amor a sus hijos y de comidas preparadas con amor, de caricias no correspondidas y de letras volcadas en páginas para ser leídas por quien sabe quién, tenía la piel y la virtud de aquellas mujeres para las cuales los años mas que una carga, son la piedra que pule el rubí para resaltar su brillo.
Todo su cuerpo era armonía, una danza perfecta aún en el reposo, desde sus piernas, torneadas y firmes, sus senos, curvas dibujadas por el mas sensual de los artistas, sus hombros, paradigma de la perfección enmarcando un tatuaje dibujado por un artista, envidiado desde ese momento, su rostro, paradoja donde la belleza se manifestaba en el conjunto, enmarcado por rizos cortos donde asomaban sus orejas, y los ojos…era la mirada que el Caminante había buscado sin saberlo.
El Caminante hurgó en sus recuerdos, muchos, demasiados quizás, y tanteó sus heridas, condecoraciones ocultas de luchas, muchas de ellas olvidadas, aún así no recordó haber vivido algo así, nunca en sus largos viajes.
Eran dos Guerreros que se habían encontrado, no soldados, aunque su vestimenta pareciese definirlos, a diferencia de estos, ellos elegían las Causas por las cuales luchar.
El Caminante reconstruyó la Historia, quizás para asegurarse que no estaba soñando.
En el pueblo había encontrado una nota de ella, buscando compañero para una nueva batalla, justo lo que el Caminante necesitaba. Sin embargo, vaciló, primera vez en conseguir así, alguien para marchar a su lado. El primer encuentro pareció preparado por los Hados…de las Tormentas, los nervios de él, su uniforme de lucha, los gritos de los amos de la comarca, una despedida casi forzada. Mas tarde sabría que ella pensó que había huido, solo ahora el Caminante había demostrado la falsedad de esto.
El siguiente encuentro fue una danza de puercoespines, como lo definiría un juglar. Ella y Él se midieron, se tantearon, él recordando los gestos de un Caballero, ella sintiéndose halagada por el trato. Caminaron juntos al alojamiento de él. Y tomaron juntos, bebidas que se volvían en excusas para brindis y comentarios. Y llegó la música, y ambos la tararearon juntos, mientras asomaba la primera sonrisa.
Y llegó la Magia, como siempre sutil, sin ser notada, y creció con las palabras y las historias.
Ella hablaba de agonías, de amores ganados y perdidos, de sufrimientos que creía olvidados, de heroicos triunfos sobre bestias intemporales, de cómo había perdido una fe, y había construido la suya propia.
El Caminante, torpe en su intento de acercarse, impulsado por sus ansias, rechazado con suavidad por ella.
Las horas parecían minutos, por primera vez en largo tiempo, el caminante abrió su corazón. Y contó de batallas y trabajos, de hijos lejanos y desengaños no tan cercanos, de la traición que le propinó su propio corazón alejándole de la mujer amada, de cómo había llegado hasta allí y de sus creencias. Ambos coincidieron en algo, el Amor era un lujo que no podían, y no querían, darse, no por lo que era, sino porque las heridas que dejaba cuando terminaba eran demasiado profundas y dolorosa, aún para Guerreros como ellos dos.
La Noche estrechó sus brazos para acercarlos. El Caminante la abrazó y ella respondió con la calidez y la fuerza de lo que era, el resultado de su pasado, la verdad de su presente. Aquel Beso fue el primer paso en el Camino que transitarían juntos, le seguirían muchos mas, cálidos, dulces, profundos.
Las vestimentas, un dulce impedimento, parte de la emoción de descubrirse.
Y llegó la Pasión, como caricias de sus manos sobre el cuerpo del otro, los labios seguirían el camino así marcado. Y el saberse deseados y queridos fue la fuerza que transformó los últimos pudores en una pared de papel que no dudaron en romper
Luces lejanas, únicos testigos de los dos cuerpos volviéndose uno, de la dulzura y deseo que los envolvió, sed calmada después de un largo tiempo por el más ansiado de los néctares.
El lecho no era grande, no necesitaban más para estar tan juntos.
Ella se relajó en sus brazos. Algo tibio se despertaba en el corazón del Caminante. Por primera vez en años los ojos se humedecieron, y se preguntó cuando había sentido algo así.
El silencio le contestó con otra pregunta: Antes? Nunca Antes?

jueves, 16 de abril de 2009

HADA

Los hombres habían olvidado.
Maestras de colegio de voz chillona y gestos adustos, con bolsillos siempre repletos de dulces que entregaban con manos donde se adivinaba el polvo de la tiza, reemplazadas por frías pantallas de cristal, donde modelos frustradas explicaban con vocecitas inexpresivas, las mas grandes epopeyas de los hombres, reducidas a anodinas historias con protagonistas dudosamente creíbles.
Bosques que vieron la ascensión del hombre y el brillo de la civilización, destruidos, ocupados sus espacios por cultivos o edificios, monumentos a la infinita ambición de unos pocos.
El aire, hogar en tiempos pasados de seres grandiosos, admirables, o simplemente graciosos, convertido en una masa de gas apenas respirable, donde grandes aparatos navegaban llevando en su interior a seres ensimismados en sus mezquinos intereses.
El agua, ese espejo transparente donde princesas de cuento se habían mirado para arreglar sus cabellos, una sucia alcantarilla donde repugnantes seres se desplazaban bajo la oscura superficie.
El Caminante meditaba, salía de la ciudad, de una ciudad, con la esperanza de dejar atrás tristeza y sufrimiento, buscando el último Bosque, donde los últimos Árboles luchaban por sobrevivir.
Y caminó, siguiendo el Río, guiado por el Viento y el sol del mediodía, apenas visible entre el humo.
El camino se estrechó, desapareció el pavimento, se volvió una senda, El río fue aclarando sus aguas y transformándose en un arroyo. Y el aire se aclaró, se hizo mas liviano, mes fresco, como deseoso de ayudar al Caminante en su ruta. Y el sol comenzó a ponerse cuando el Caminante, casi sin darse cuenta, pero al mismo tiempo profundamente consciente del momento, entró en el Bosque, y se adentró en él, hasta que, en la oscuridad, no podía distinguir el sendero. Decidió que era el momento de descansar y se tendió sobre la hierba, la luna asomando, lo suficiente para dibujar en las sombras que disipaba, fantásticas figuras.
Y el sueño llegó, y con el las imágenes, dragones elevándose hacia la luna, duendes jugando entre las ramas de los árboles, unicornios fingiendo luchas bajo arco iris apenas insinuados. Y Ella, presenciando todo, espectadora y protagonista principal, un Hada, mas allá de las descripciones, del tiempo y del espacio, era a la vez suma y resumen de todas las fantasías de los hombres y las envidias de las mujeres, rubia, esbelta, la luna se reflejaba en sus ojos, y competía con la blancura de su sonrisa, sus alas se adivinaban como sutiles dibujos de rocío en la penumbra.
El Caminante confundido miraba, como todo sueño era difícil distinguirlo de la realidad. Y el Hada lo miró. Fue amor, compasión, una amante frente a su amor y una madre frente a su hijo…, irresistible e indeclinable invitación. El Hada le habló de los seres refugiados en el Bosque esperando el retorno de la Verdad, de Hombres que, como el Caminante, no olvidaban, y de un tiempo mas allá de la vida del Caminante donde otra vez vagarían libres, al lado y no huyendo de los hombres…y le dijo su nombre, Mairim, bajo hechizo de olvidarlo si alguna vez intentaba pronunciarlo
La primeras luces del sol despertaron al Caminante, si alguien lo hubiera visto, no entendería su expresión, era la de alguien a quien se la ha revelado el sentido de las cosas.
Reanudó su camino, en busca de otra ciudad y de otros hombres, quizás con la esperanza de encontrar a alguien con quien pudiera compartir su sueño.
Salió del bosque, se desvanecía el ruido del agua corriendo entre las piedras y del viento entre las agujas de los pinos.
Cuando ya estaba lejos para escucharlo, un sonido acompañó a los otros, igual y distinto, si el Caminante lo hubiera escuchado, hubiera pensado en la risa de un Hada.

martes, 7 de abril de 2009

DULCE DAMA

Dias sin soles ni lunas, horizontes sin nombre donde vagan siluetas de dragones, dioses y demonios que no supieron encontrar su camino.
Tú vagas ama y señora de este infierno-paraíso deleitándote en el final de los otros, en las sombras que jamás luz alguna disipará.
Tu nombre es motivo de temor para unos. Para otros, unos pocos, es la promesa del fin de sus sufrimientos.
Te han dibujado oscura, con hábitos que cubren tu rostro, quizás solo una huesuda mano asomando, sosteniendo la hoz que siega vidas, ¿eres realmente así? ¿O es solo la forma de que evitar que nosotros, los “mortales”, te deseemos?
Ver tu rostro es traspasar el límite prohibido, es viajar mas allá de cualquier punto de no retorno, quizás por eso la ansiedad por conocerte solo puede superarla la incertidumbre de lo que nos espera.
Te imagino como una Dama, elegante, sugestiva, dulce, los brazos de la madre que añoramos, de la amante que, quizás, nunca tuvimos. Esos brazos donde encontrar el reposo de una vida que no pedimos, y que se vuelve una lucha sin final, que soñamos épica y se muestra mezquina, en la que quisimos tocar las estrellas y terminamos con el sabor del barro en nuestros labios.
¿Por qué se me prohíbe desearte, porque debes venir tú, y no yo ir en tu busca? ¿Tengo que seguir en una mediocridad que ahoga, que cansa, que hace que los días sean dolorosos puertos en mi viaje hacia ti?
Preguntas sin respuesta, sed que no puede ser calmada, las noches se vuelven guerras contra mi peor enemigo, el que mora dentro de mí.
Quien puede juzgarme si busco tus brazos, descanso a mis angustias, amante última que no me traiciona, porque siendo de todos eres profundamente mía, y sé que en el momento de nuestro encuentro, no habrá nadie mas, solo tu y yo, en el abrazo final, ambos buscándonos, encontrándonos, solo por un momento, fin y principio ¿principio?.
Ábreme tus brazos, recíbeme, descanso deseado, paz alcanzada, oscuridad donde descansar mis ojos deslumbrados por los reflejos de una realidad ilusoria.
Eres el refugio tibio y reconfortante que buscamos vanamente, eres el oro al final del arco iris, el premio de una competencia sin reglas, de ciegos en una noche oscura, buscando a tientas el amor.
No te nombro, tengo miedo de romper el encanto, te he rozado, sentido, llorado y odiado, y aún así te deseo, paradoja dentro de una paradoja.
Te espero, el tiempo trabaja a mi favor, corre, se precipita, catarata de días y noches cayendo en el vacío de la sinrazón.
Se que tu también me aguardas, paciente, inexorable, guardiana de una columna en la cual estamos todos los seres, los que han sido, los que son, y los que serán, aunque ignoremos el orden en que nos has dispuesto.
Dulce Dama, no te fallaré, ningún obstáculo impidió a nadie, en toda la eternidad alcanzarte, y no pretendo ser el primero.
Dicen que lo importante no es el Destino, sino el Camino, solo tú eres digna de transformarte en el Objetivo que hace perder sentido al Camino.
Falsos profetas te denostaron, déjame ser el primero que te muestre como lo que eres, el Remanso final.
Dulce Dama espérame, siento que ya estoy llegando…

MISTERIOSA

Los sabios fueron llegando, uno a uno.
De distintas comarcas, a pie y en cabalgaduras variadas, caballos, camellos, dragones y otras cuyo nombre se ha perdido en el correr de la historia.
El salón que los recibió parecía el lugar donde se definiría el futuro, los cortinados espesos mantenían afuera la luz, y evitaban que oídos indiscretos escucharan las discusiones.
Los ayudantes de los sabios fueron asignados, ciegos, sordos y mudos, nadie esperaba ni quería que ellos pudieran adelantar algo de lo que allí se iba a tratar.
Largos días de espera, la luna cambió su rostro mas de una vez y el sol vio su brillo opacado para aparecer triunfante otras tantas.
Al fin el vocero leyó la proclama, en un silencio tan profundo y respetuoso como el que acompañó a aquel héroe que los juglares describían en sus infinitos recorridos, en su viaje final.
“Esta es la verdad, y quien falte a ella será olvidado para siempre” fue la obertura de esta obra que comenzaba a desarrollarse.
“Corren muchas historias y versiones sobre la Dama a quien llamáis Misteriosa, cuentan algunos que bajó de los Montes del Oeste, y a ello replican indignados que salió del mar, los moradores del Este”.
“Como esta, miles de controversias que más de una vez se han dirimido con sangre en las manos del vencedor”.
“Por eso los sabios han emitido su opinión. Y es definitiva, porque, no ha costado poco lograrla. Uno de los sabios estuvo apunto de abandonar la reunión, y volvió al poco tiempo de irse, temeroso de no quedar en la historia”.
“Otro pagó con la vida su encendido discurso, y he aquí la conclusión”.

“El cielo decidió que la noche no era el lugar que merecía, y se derramó en su cabello, por eso era oscuro, con destellos de luz, salvaje, hechizante y parecía hecho para cuando se ocultaba el sol, se derramaba sobre su frente como una cascada iridiscente que solo podía detener su mirada”.
“Mirada del color de los sueños que no se olvidan, de la distancia que jamás recorreremos, de las promesas incumplidas y las nostalgias de momentos no vividos. Sus ojos eran de un color para el cual no hay palabras, quizás por eso, aún hoy, no hay certeza si alguien pudo, alguna vez, cautivar su mirada, ojos enmarcados por cejas delineadas por el mas exquisito de los artistas, ojos que nunca jamás olvidarían aquellos que los contemplaron”.
“Su boca remitía a los frutos más dulces y más prohibidos, aquellos cuya sola mención garantizaba la condena eterna, a pesar de ello, no hubo caballero que no ansiara su caricia. Baste decir que cuando se entreabrían, los arroyos callaban para escuchar, su risa, y las hadas, envidiaban aquella sonrisa, capaz de encantar dragones y condenar héroes míticos al ostracismo. De ese instrumento perfecto, surgía una melodía que aún hoy, no podemos olvidar, y que, quizás, jamás podremos imitar”.
“El resto de sus rasgos eran el complemento armónico, no perfecto quizás, pero cada pequeño detalle resaltaba la elegancia del resto”.
“¿Cómo seguir con su cuello, y sus hombros?, curvas casi perfectas, pedestal soberbio para tan magnífico rostro”.
El resto también fue discutido, y acordado que no sería revelado, los mortales no merecían la certeza de tal conocimiento.
El murmullo que recorrió la multitud era muestra de satisfacción y, de ansiedad por saber más, por dudas no respondidas y por apuestas ganadas y perdidas. Alguien, en algún lugar de ese mar, alzó su voz y fue una y miles al mismo tiempo y su pregunta resonó
“Dinos su nombre!” pidió “que deje de ser Misteriosa!” gritó otro. El silencio subrayó el pedido, y el vocero respondió.
“Escuchad el viento entre las agujas de los pinos, tras haber salido del mar y recorrido los desiertos, tras haber pasado sobre frescas lagunas y lo sabréis”, afirmó.
El silencio fue total, el viento empezaba a soplar, y su sonido susurraba el nombre de Misteriosa que por última vez sería llamada así…..y el viento decía:
“………….SSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIILLLLLLLLLLLLL……….”

LA CAIDA DE LOS DRAGONES

Hace miles de años los Dragones perdieron la última batalla,
doblegados por la sed de riqueza de los Hombres
que opacaba su deseo de Sabiduría.
Los sobrevivientes de esa Batalla,
aprendieron a vivir y ocultarse
entre aquellos a quienes una vez consideraron sus iguales,
esos Sobrevivientes son Los Caídos.
El costo de sobrevivir es muy alto,
parecer uno mas de aquellos que han olvidado el Vuelo.

AMO

Me gusta el Sol
porque poderoso se derrama igual sobre todo y todos

Vacilo ante la Oscuridad
refugio de Amantes y Conspiraciones

Celebro el Agua
que, cristalina, acunó la Vida

Respeto el Aire
capaz de impulsar Veleros o destruir monumentos arrogantes

Amo las Mujeres
capaces de mostrarse sin pudor sabiendo que la Belleza emana desde el interior

Me deslumbran los Ojos de esas Mujeres
que transmiten el Fuego inextinguible de la Pasión

Envidio a los Hombres
depositarios del Amor de esas Mujeres

Desprecio a los hombres
depositarios del Amor de esas Mujeres
que no lo valoran y, huyendo de El,
pierden el mas grande de los Tesoros.

DONCELLA

El Caminante se detuvo ante la Dama, el Bosque parecía un laberinto sin fin, la noche, una a una, encendía las estrellas.
La fogata, una excusa para ampararse ambos de la Oscuridad, el Relato del Caminante, una consecuencia, quizás no inesperada.
-Podría preguntar tu nombre, dijo.
-Más sería intentar saciar mi sed sólo con la palabra agua.
La sonrisa insinuada fue un tácito asentimiento.
Y el Caminante habló, de una Doncella, de un Bosque y de un Dragón, de un Caballero herido al que la doncella cuidó y dio de beber, del amor entre ambos y del dolor del Dragón, que viendo los ojos de la Doncella, comprendió que, en ese preciso momento, sus Caminos tomaban rumbos distintos y voló…, majestuoso, tan alto y tan veloz como jamás antes, hacía aquel misterioso Paraje donde esperaba disolverse en el Olvido.
Cuando el caballero había despertado, su Camino fue señalado, por las verdes esmeraldas de los Ojos de la Doncella, por el Viento, meciendo los rayos de sol de su Cabello, por la sonrisa que le recordaba su niñez.
A partir de ese momento, el Dragón fue solo un recuerdo, perdiéndose en la niebla del pasado.
Pasó el tiempo, el Caballero partió a nuevas luchas.
Aquella, de la cual no regresaría, llegó.
Ambos lo supieron cuando el partía, nunca la Despedida fue mas triste, ni mas dulce, su última mirada fue el resumen de una historia que nunca terminaría de escribirse.
Pasó el tiempo, y como volviendo de la niebla, el Recuerdo del Dragón, y los ojos de la Doncella brillando, cada vez mas, hasta que la primera lágrima mojó la tierra.
Y muchas más noches pasaron sin que el Dragón pudiera oír el llamado silencioso del Corazón de la Doncella.
Y llegó el Caminante, y contó la Historia, y la Dama se reconoció en la Doncella.
Y reconoció al Dragón en el Caminante…

DE DRAGONES Y HECHICERAS

¿ Que es la normalidad?
Sólo un abuso de la estadística
(eso decía Borges de la democracia)
 
La normalidad de los amantes en la noche, o su vida durante el dia?
La paz para un asceta o la batalla para un guerrero?
Está afuera, en los demás, o muy adentro, en nosotros?

Camino, suenan Violines que sólo yo escucho, me acompañan Dragones,
viejos Compañeros que sólo yo veo.
 
Alguien se detiene, mira asombrado, sacude la cabeza y vuelve a su rutina.
Falsa esperanza de encontrar un caminante en mi mismo camino.
 
Ahora soy yo el sorprendido, una Hechicera, esbelta como la Lanza  del Guerrero,con Cabellos de Fuego, se detiene, escucha atentamente,
mira uno de mis Dragones que, manso, se agacha a recibir su Caricia.
Millones de palabras en una Mirada, compartimos un momento de la Eternidad.
Sigue su camino y yo el mío, separados en el espacio, unidos en el Tiempo.
 
Hoy, mil años después, nos pertenecemos.
Compartimos una intimidad imposible, nuestros cuerpos pueden ser de otros, nuestro espíritú es uno.
 
Otra Vida, Otro Tiempo, Otro Lugar, Ella y Yo los mismos.
Yo descanso en sus Brazos, ella en los Míos.
En el Horizonte, dos Dragones celebran la Libertad en Vuelos imposibles.
Nunca los Violines sonaron tan dulces.

ELLA

Extranjero, me preguntas algo que aún a mi, el Caminante, me resulta difícil contestar, ¿o acaso tu puedes describir el color azul?.

No, no me hables del Color del Cielo, de los Lagos o de los ojos de una Doncella, descríbelo sin comparaciones… ¿te das cuenta?, ¿es acaso posible?

Entonces me disculparás si yo también uso ese camino para explicarte.

Imagina una Noche, sin Luna, en lo profundo del más denso de los Bosques, aquel donde las hadas y duendes juegan de día, acércate a la más grande de las Cuevas y mira su entrada. Solo si no hay estrellas, y miras más allá de ese umbral, entonces percibirás el Color de su cabello.

Ahora, esa misma noche, ve hacia los Acantilados en el Oeste, asómate al más alto y contempla el Mar, calmo, sin olas, en una Noche que parece mágica. Adivina los Dragones en vuelos imposibles y las Sirenas cantando notas irrepetibles. Asomado, mirando el Abismo, sin ver el mar, ese es el Color y la Profundidad de sus Ojos.

Descansa Extranjero, el Viaje ha sido extenuante y la experiencia te ha dejado sin aliento, sin embargo no es todo.

Despiertas con el Sol alto, ha comenzado a soplar el Viento, las olas tienen crestas blancas y, al estrellarse sobre las rocas, la Espuma tiene el Color que envidian los atuendos de las Princesas Virginales. No podrás mirarla sin deslumbrarte, y desearás su Frescura ante cualquier otra cosa. Ahora has descubierto su Sonrisa.

Volvamos Extranjero, cuando te acercas al Pueblo, cruzas Trigales que se pierden en el Horizonte, dorados como el más grande de los Tesoros, el Viento los acaricia y mece, casi como las olas del Mar bajo una suave Brisa.

Si contemplas ese trigal justo antes de la Cosecha, ¿entiendes el Color de su Piel?

Ahora, Extranjero, invoca a los Sabios y pregúntale a cada uno por la Armonía, a los Ancianos e interrógales sobre su Recuerdo más dulce, pídele a cada Pintor su Idea de la Perfecta Imagen.

Y, si es que alguna vez logras comprender e integrar todo este Saber, úsalo como Lienzo, dibuja con los colores que te describí antes, pide la ayuda de Brujos y Hechiceras, y entonces, tendrás una vaga idea del Rostro de Ella.

¿Entiendes por qué me llaman el Caminante? Camino solo en la Multitud, buscando Mundos Perdidos y Olvidados, los mundos que Ella conoce y frecuenta, Tierras mágicas donde viajar con Dragones, dormir protegido por Hadas, jugar con Duendes y Unicornios, dibujar Arco Iris con los Magos, recorrer la Noche con Brujas y nadar entre Sirenas. Y lo hago conciente de que, en ese Lugar, La volveré a encontrar, como esa Noche Mágica, perdido en la Multitud, cuando, por un segundo se cruzaron nuestras miradas. Y entonces comprendí que estábamos unidos desde otros Tiempos y otros Lugares, desde otras Vidas, y por toda la Eternidad.

Ahora debo irme Extranjero, el Camino me espera y me reclama, como la más voraz de las Amantes, y no quiero perder mas tiempo en mi Búsqueda, después de todo… Ella me está esperando.

miércoles, 1 de abril de 2009

AHORA

Entró, sólo el silencio, como un viejo y querido amigo la esperaba. La puerta detrás de ella era el límite entre la realidad de los otros y la suya. Caminó desnudándose, no de ropa y joyas, de la carga que el día imponía sobre ella.
Entró en otro tiempo, su tiempo, afuera, la noche era la misma de siempre, pero a la vez única para ella.
Los ritos de nuevo, el agua fresca, limpiando sus manos, refrescando su rostro.
La música, única reemplazante del silencio, aunque este fuera parte de ella.
Su belleza era proverbial, mezcla de rasgos, y, lo más importante, iluminada desde el interior, muchos la habían deseado, era consciente de ello, pero solo compartiría el amor con aquel que la interpretase, no como a un acertijo, sino como a la integridad que era.
El abrigo se deslizó de su cuerpo, parecía una caricia lejana, en el tiempo y en el espacio.
Los pensamientos, rápidos, agudos, precisos mutaron (¿efecto del ambiente?), se volvieron pausados, suaves, aunque no perdieran su precisión, es como si los bisturís se hubieran vuelto plumas. Ese cambio se reflejó en su rostro, de una belleza fría y distante, comenzó a aflorar la dulzura que sólo conocían aquellos que la amaban y a quienes ella amaba.
Caminó, danza secreta sin espectadores para disfrutarla.
Describir sus movimientos, imposible, los adjetivos se agotaban antes de haber logrado siquiera una aproximación. Quizás solo armonía era una palabra apropiada. Eran como los gestos del director de una orquesta, se apreciaban por sus resultados, solos en el vacío, movimientos sin sentido, con los elementos correctos, herramientas creadoras de obras magníficas.
En este caso los elementos eran simples, casi vulgares, un vaso, una bebida, un cigarrillo, un encendedor…
Cuanto duró la ceremonia? Para un observador objetivo quizás demasiado, la prolijidad y el cuidado la demoraron, la bebida se deslizó en el vaso y la botella volvió a su lugar, el cigarrillo en sus labios se encendió, la primera voluta de humo se elevó, casi sin perder su forma hasta diluirse. Si alguien, con el amor que ella anhelaba, la hubiera estado viendo, seguramente habría sentido una profunda gratitud por la contemplación de esa sinfonía.
El escenario estaba completo, una obra con una protagonista y sin espectadores se desarrollaba, sin guión, sin final, y aún así perfecta en su integridad y consistencia.
El último y silencioso participante esperaba, impactante en su sencillez, función y forma juntos, un sillón ocupaba ahora el espacio de la escena culminante.
Ella caminó hacia él con la serenidad de una dama, dirigiéndose a un encuentro con un viejo conocido, mas allá del deseo y de la ansiedad.
Reposó en él. En ese momento, al fin, la imagen estuvo completa. Su mano, alzando el cigarrillo, la otra apoyada en su mentón, soportando el peso de sus pensamientos. Los cabellos ensortijados enmarcando la serenidad de su rostro. La definición de belleza es absolutamente personal, pero esta sobrepasaba las diferencias. Sus labios, entrecerrados, ocultando su sonrisa.
Y mas allá de todo, dando origen a su mirada, ocupando el centro de este cuadro, con el misterio y el brillo de la eternidad….sus ojos.